Maite Ziganda San Martín
Vía Sexapiel |
¿Qué
entiendes por sexo?
¿Qué
es para ti una relación sexual?
¿Es
bueno masturbarse?
En
el día a día, ya sea en el trabajo, con los amigos, o en la escuela, surgen
temas y preguntas similares a estas, sobre las que cada cual, allá cada una con
sus ideas, creencias y valores, elabora una opinión y discurso. Desde lo que
saben o creen saber, opinan, les parece y sienten.
Hay
quien dice que hay relaciones sanas, por lo que podemos concluir que hay
relaciones insanas. Como cuando te juntas con una amiga y le cuentas lo que te
ha pasado con un amigo, y ella dice “Tía, pues a mí me parece que has hecho
bien”, lo que nos lleva a que hay una manera de hacerlo mal, ¿no? Lo que está
claro es que a veces estos apoyos nos sientan de maravilla...
Pero,
cuando nos movemos en lo sano, siempre existe lo insano, el bien y el mal.
Aquí
va otro ejemplo: el típico en el que escuchas que la masturbación es buena. De
nuevo, nos metemos en lo bueno y lo malo.
Y
un tercero:
Una
amiga le cuenta a otra:
– Iker
va directo al grano, a meterla y ya está.
– Ah,
pues no tía, los preliminares son importantes... que no sea tan egoísta y que
se lo curre un poco...
Todo
esto nos lleva a preguntarnos si ya hay normas establecidas. Sobre las
actitudes que tenemos ante el hecho de los sexos, y teniendo como fondo teórico
lo aportado por Efigenio Amezúa (100% recomendable), podemos encontrar
tres modos de acercamiento:
Por
un lado encontramos la actitud prohibitiva. En ésta, el tema sexual es
clandestino, siniestro y vergonzoso. Sus formas más corrientes suelen ser
morales, religiosas, políticas, tabuicas, sanitarias y de ignorancia e
inercia. “Eso no se hace, no está bien, eso es insano, nocivo, asqueroso”.
Como
si de la otra cara de la moneda se tratara, encontramos la actitud permisiva.
En realidad, las actitudes prohibitivas han ido cediendo espacio a las
permisivas. Se han ido tolerando y admitiendo hechos, costumbres, gestos y
expresiones. Se ha ido permitiendo lo que estaba prohibido.
Permitir
es una forma de afirmar la prohibición. Por ejemplo, ahora que tenemos
relaciones genitales antes del matrimonio, nos sentimos liberadas por poder
hacer algo que en otro tiempo estaba prohibido, pero se trata, al final, de
seguir dando cabida a una misma norma establecida. Hay una conducta y podemos
permitir o prohibir, hablamos continuamente de la obligación y el deber. Se
debe prohibir o se debe permitir. En el fondo sigue el “se debe” de la
imposición. Existen actitudes permisivas por reivindicación, por snobismo, por
progresía, por inercia, por el peso del ridículo o por el ansia de liberación.
La
prohibición de algo no se lleva, no está de moda, y entonces ponemos muchos
esfuerzos en cambiar, en no solo meterla, sino preliminares, es hacer posturas
nuevas,... pero al final estamos dando vueltas a la misma historia, no nos
salimos de ella, no vamos a la raíz de la situación. ¿Quién ha puesto en
nuestra agenda que “hay que” meterla, o masturbarse, o besar? ¿De dónde nos
hemos sacado esta idea?
La actitud
de cultivo consiste en la forma de ver y de vivir el hecho de ser sexuados,
con sus implicaciones, como un hecho y una dimensión de la persona que vale la
pena suscitar, promocionar y, en definitiva, cultivar. Cuando a alguna persona
conocida le pasa algo, y viene y nos lo cuenta ¿De qué le sirve que hagamos de
jueces diciéndole si está bien o mal, o lo que nos parece a nosotras? Hombre,
le puede servir para relajar en algunos casos, que no en todos. Pero
consideramos que cuando una persona nos cuenta algo, no es porque esa persona
sea una incapaz de la vida y quiera que le solucionemos su situación, sino que
le apetece contarnos una vivencia y lo que nosotras podemos hacer para
acompañarle es no responder a sus dudas, preguntas, no hablar, hablar, hablar y
decir nuestras opiniones. Acompañarle para que sea ella con su realidad, sus
circunstancias, sus recursos,... la que se solucione. El cultivo, que es una
palabra muy relacionada con las flores, me sugiere que yo no puedo crecer por
la flor. Yo puedo estudiar todo lo que tiene que ver con flores, y luego
acompañar a esa flor en su crecimiento, sabiendo que va a pasar por
situaciones, dificultades, pero también sabiendo que estas dificultades son las
que nos ayudan a crecer, si se lo permitimos, claro...
Seguramente,
como pasa con la relación madre-padre hijo-hija, a muchas amigas les diríamos:
“No necesito que me resuelvas, no soy una incapaz, necesito alguien que sepa
hacerme la pregunta que justo yo no me había planteado, para crear nuevos
contenidos que den respuesta a mi situación.
Así
que para todas aquellas que nos leéis, y queréis poner en práctica la actitud
de cultivo, os proponemos no opinar sobre lo que las diferentes personas nos
plantean, y sobre todo no resolver sus preguntas. Una buena pregunta es mucho
más útil que un consejo.
Si os interesa profundizar en este tema, os recomendamos echarle un vistazo al artículo original. Fue escrito por Efigenio Amezúa en 1978 pero está de vigente actualidad.
Si os interesa profundizar en este tema, os recomendamos echarle un vistazo al artículo original. Fue escrito por Efigenio Amezúa en 1978 pero está de vigente actualidad.
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