Maite Ziganda San Martín
En este artículo vamos a acercarnos a la Pareja. Pareja como hecho
relacional, no como hecho jurídico, político o religioso.
Imagen vía InCiSex |
Somos seres sociales, no podemos no serlo, de ahí que el concepto pareja
responda a la manera en que los seres sexuados, hombres y mujeres, nos
organizamos y convivimos en sociedad. En las sociedades avanzadas muchos, muchas,buscamos un buen trabajo y una buena relación amorosa. Y lo mismo que hay
muchas formas de trabajo, también hay muchas formas de relación. Dar con estas
dos fórmulas es hoy un objeto de búsqueda común.
La fórmula de vida en pareja, constituye un campo apasionante de riqueza en
la vida de los sujetos. También de conflictos y problemas.
La relación de pareja es el resultado de una selección de relaciones
sexuadas que articulan y configuran un ars amandi propio. Todos buscan su otro
sexuado, "su otra mitad" con quien entenderse y completarse y así
compartir una dimensión de sus vidas: sus deseos y sentimientos sexuados.
Todos buscan ser fecundos y creativos, realizarse, hacer algo de la vida y
en la vida, compartiéndola con otro.
Pero, para entender el concepto de pareja, es fundamental mirar a las ideas
antiguas en torno a este concepto, el cual estaba totalmente ligado al
matrimonio. El matrimonio era una realidad pública, social, económica y moral.
Era la base de la organización social y económica, y estaba basada en un vínculo
de sangre. La cópula era necesaria para la reproducción de la especie y su
mantenimiento, por lo que el matrimonio tenía una función reproductiva. En esta
hipótesis antigua, había gente apta y no apta, siendo no aptos los
discapacitados, ciegos, estériles, los solterones, las mujeres que no
podían concebir... Existía la exclusividad copulativa, es decir copular solo y
siempre con la misma persona y había una distribución rígida de los roles.
La idea antigua de pareja convive con una versión moderna de pareja, en la
que la base de la organización son los
amantes, ellos deciden. El vínculo ya no es de sangre, sino de sexo, los seres
sexuados se buscan, se atraen, se encuentran, y organizan, y esto es lo que les
une. Lo importante no es mantener la especie, sino los sujetos sexuados. Hay
posibilidad de soltería, y hay una distribución flexible de roles. Además,
existe la lealtad y complicidad frente a la exclusividad copulativa.
Hay tantas parejas como parejas
Los discursos externos de lo que un hombre debe ser, lo que una mujer debe
ser, lo que una pareja debe ser, son ideas estrictas que no generan más que
eso, deberes. Entre estos deberes encontramos, por ejemplo, el actual
discurso sobre la independencia de los miembros de la pareja, la idea de que
hay una manera óptima de tener relacione eróticas (penetración de pene en
vagina con el objetivo de llegar a un orgasmo simultáneo), la necesidad de
lograr la realización profesional...
Estos deberes generan un escenario de guerra; estamos pendientes de ver si
el otro nos la va a pegar.
La sociedad concede mucha importancia al individuo. Nuestro proyecto
personal de ser alguien en la vida entra en tensión con compartir la vida con
alguien, hacer mi vida con alguien se convierte en todo un dilema.
El amor que nos tenemos se explica por el sexo. La visión moderna de sexo
es lo que somos. Ser hombre y mujer como las dos posibilidades de sexos.
Sujetos sexuados. Esto supone entender que los sexos somos diferentes. Esa
diferencia genera atracción, deseo, encuentro, un compartir. Poner al otro como
una realidad en nuestra existencia. Ser sexuado significa ser diferentes,
deseantes, amantes y “parejibles”. Por lo tanto, hay tantas parejas como
parejas...
Este es el escenario de la fragilidad, ya no el de la guerra. Desear abre
posibilidades al daño, ser deseado también; pero, al mismo tiempo, desear y ser
deseado nos fortalece.
En siguientes artículos iremos desgranando las claves de pareja para
encontrarnos con los celos, los roles, el manejo de conflictos, las relaciones
de poder, la interacción erótica...
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